Guerra civil catalana

Guerra civil catalana
Fecha 1462-1472
Lugar Principado de Cataluña
Casus belli Decisión unilateral de la Generalidad de Cataluña de levantar un ejército contra los campesinos remensas
Resultado Victoria de la monarquía (Juan II de Aragón)
Beligerantes
Diputación del General
Consejo del Principado
la Biga
Corona de Aragón
Sindicato remensa
la Busca
Comandantes
Juan de Beaumont
Pedro de Portugal
Juan II de Lorena
Hug Roger III de Pallars Sobirá
Juan II de Aragón
Fernando de Aragón
Francesc de Verntallat

La guerra civil catalana (1462-1472) fue el conflicto que se produjo en el principado de Cataluña entre los partidarios del rey Juan II de Aragón, conde de Barcelona, y los de las instituciones catalanas rebeldes al rey encabezadas por la Diputación del General del Principado de Cataluña y el Consejo del Principado.

Para el bando realista, los «rebeldes» lo eran por haber traicionado la fidelidad que habían jurado a su rey; mientras que los antijuanistas consideraban «traidores» a los realistas por no ser fieles a las leyes de la «tierra», por ser «enemigos de la cosa pública» o simplemente por ser «malos catalanes». Así, el bando antijuanista desarrolló una nueva concepción de la sociedad política en la que, según Santiago Sobrequés y Jaume Sobrequés, «la solidaridad entre los hombres de un país se producía por tener unas leyes comunes y habitar una misma tierra, no como hasta entonces, por el hecho de ser vasallos de un mismo soberano». Había surgido, pues, el concepto moderno de patria que iba más allá de la mera adscripción territorial para revestir un carácter jurídico, por lo que la rebelión catalana sería, como ya señaló el historiador francés Joseph Calmette, nacido en Perpiñán, «la primera de las revoluciones modernas», cien años anterior a la rebelión de los Países Bajos.[1]

Según Francesc Xavier Hernández Cardona, «desde el punto de vista técnico y tecnológico, la Guerra Civil catalana fue la última guerra medieval, pero también la primera guerra moderna. (…) Los nobles tienen un papel secundario; son los dirigentes militares, pero ya no mandan mesnadas feudales, sino ejércitos desiguales de ciudadanos y mercenarios. Las tropas de caballería ya no están compuestas por la flor y nata de la nobleza, sino por hombres de armas a jornal. La pirobalística adquiere protagonismo; aunque el uso de las armas cortas de fuego parece todavía muy limitado, se generalizó el de la bombardas hasta prefigurar lo que podría calificarse como una artillería de campaña —los ejércitos arrastraban piezas para utilizarlas principalmente en los asedios—».[2]

Sobre las causas de la guerra, Santiago Sobrequés y Jaume Sobrequés han señalado: «La rivalidad que existía entre las ramas nobiliarias principales del país; la lucha entre la Biga, partido que agrupaba a la oligarquía, y la Busca, de tendencia popular y socializante, para conseguir el gobierno de la municipalidad barcelonesa; la agitación en el campo, donde la oposición de los señores a las aspiraciones legítimas de los campesinos de remensa habían atizado la lucha, y la profunda crisis económica que padecía Cataluña». Y como causas inmediatas: «el desheredamiento del Príncipe de Viana por parte de su padre Juan II y la oposición entre el sentido absolutista del rey y el espíritu pactista catalán».[3]

  1. Sobrequés i Vidal y Sobrequés i Callicó, 1973, p. 260.
  2. Hernández Cardona, 2003, p. 31.
  3. Sobrequés i Vidal y Sobrequés i Callicó, 1973, p. 129.

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